Criticas de "Cansadas de Esperar (y no amanece)..."
No me gusta esperar pero igual te espero, en algún lugar (igual) te espero. Amanecer, porvenir, olvido, amor, suerte, verdad, destino, muerte, te espero. Uno siempre espera, hasta lo más insignificante, cruel o absurdo. Pero la peor de las esperas es la espera sin esperanza, porque si, para qué, sin dirección ni destino.
De eso se trata Cansadas de esperar (Y no amanece), de una espera inútil, absurda, arraigada en la desesperación de la existencia, en la marginalidad, la soledad y la decadencia.
La obra está conformada por 7 microrrelatos (cuadros o piezas autónomas) que se entrelazan en la misma temática antes descripta.
Muñecas, escrito por Ana Laura Izurieta, da cuenta de las miserias de tres personajes grotescos en busca de un otro con quien poder compartir algo, por mínimo que sea. Muñeca sucia (Romina Miccielli), Muñeca rota (Lole Izurieta) y Muñeca de trapo (Natalia Raigorodsky) son las tres escenas que componen este cuadro. Buenas actuaciones, buen aprovechamiento de la escena y de los pocos elementos que habitan el escenario hacen de Muñecas una verdadera muestra de ductilidad actoral y de combinación entre comedia y tragedia, una posibilidad para reírnos hasta de lo más doloroso.
Adentro es quizás el cuadro que más desentona con el resto porque para el espectador resulta difícil ligarlo con la esencia marginal que aflora en los demás personajes aunque, de todos modos, podemos reconocer en los dos protagonistas el absurdo y la marginalidad. Ella (una chica material), él (un hombre etéreo, lleno de poesía) se encuentran, se seducen pero no se enamoran: la mujer termina comprando su amor. La búsqueda del amor se reduce a una transacción lisa y llana. El amor también se puede comprar hecho.
Agusanadas cuenta con las brillantes actuaciones de Mariano Espinosa y Nicolás Mauro. Dos mujeres que esperan la muerte ensayas modos de morir mientras repasan momentos de sus vidas. En el racconto aparecen traiciones conyugales, delirios persecutorios y fantasmas que regresan a dar o pedir algunas explicaciones. Dos mujeres que no pueden vivir una sin la otra, dos mujeres absurdas que ven en la muerte el camino más próximo, la única espera posible.
Silencio es el encuentro de dos soledades. Isabel (Romina Miccielli) y Ricardo (Mariano Espinosa) coinciden, una noche larga, en la capilla de un hospital. Ella está internada y ha vivido toda su vida bajo la sombra de su madre. Él ya no puede sobrellevar su matrimonio. Ambos esperan el amanecer y entretanto descubren que el amor es todavía posible. Excelentes actuaciones para el mejor cuadro de la obra.
Humedad refleja la ambigüedad de un vínculo viciado, traumático, complejo. Miryam y Edith transitan sus vidas enquistadas en el living de una casa, cada una con sus miedos, sus angustias y la necesidad enferma de la otra. El afuera y los otros aparecen como una amenaza. Dos mujeres que se repelen y se necesitan irremediablemente, por eso sólo pueden ser (y estar) solas. Destacamos las actuaciones de Lole Izurieta y Natalia Raigorodsky que brillan en un duelo que no tiene desperdicios.
El grupo teatral CD-Rumba se presenta con este espectáculo en Espacio Madreselva, por última vez, el sábado 30 de julio. Es una buena oportunidad para disfrutar de estas historias de búsquedas, soledades y frustraciones que se parecen mucho a la realidad aunque no los sean. Una buena reflexión sobre los tiempos que corren, sobre la falta de comunicación y los recovecos oscuros que nos rondan el alma. Vaya y espere a que, por fin, amanezca.
http://www.leedor.com/notas/4629---cansadas_de_esperar.html
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